¡NO A LA LEY DE CALIDAD DE LA ENSEÑANZA!
Probablemente este lema les entusiasmaría a los amigos del PSOE, porque ya es conocida su devoción por la negación, o al menos negación a todo lo que proponga el Partido Popular. Pero están de suerte sus seguidores, votantes y simpatizantes, porque haciendo acopio, una vez más, de su gran capacidad de raciocinio y libertad, y eso sí, con el estandarte de la democracia por delante, el recién estrenado Gobierno, una de las primeras cosas que ha hecho ha sido la de paralizar la Ley Orgánica de la Calidad de la Enseñanza. Ley que tras mucho esfuerzo para ser aprobada, recogía puntos tales como el refuerzo de las Humanidades (¡cuánta falta hacen! Historia, idiomas y estudiar la religión) pero claro, esto era algo demasiado conservador, fascista, dictatorial
para personas tan abiertas como los socialistas y sus adosados. Es mejor no conocer la Historia de Este País (parece ser que en los próximos cuatro años España va a ser rebautizada) y muchísimo menos la Historia de la Religión, no vaya a ser que al final eso de ser tolerantes con los musulmanes se extienda a la religión católica. Estemos a favor de la legalización de las drogas, de la adopción para los homosexuales (que no se quiera entender de esto ningún tipo de aversión hacia este sector) y ¡la construcción de mezquitas para todos! Defendamos todas las ideas, la pluralidad, pero mejor si son las ideas del PSOE, ¿no? ¡Viva la democracia!
La cuestión es que en estos momentos la única ley de la enseñanza que hay es la de la anarquía. Se ha paralizado una ley ya aprobada sin tener una alternativa. Tendremos que volver a acostumbrarnos a los métodos socialistas, métodos fundamentados en el diálogo y el buen talante. Pues más vale que dialoguemos mucho, porque por este camino, quienes nos suceden, quienes aún son niños, no van a poder dialogar porque no van a saber.
Ceibe
La cuestión es que en estos momentos la única ley de la enseñanza que hay es la de la anarquía. Se ha paralizado una ley ya aprobada sin tener una alternativa. Tendremos que volver a acostumbrarnos a los métodos socialistas, métodos fundamentados en el diálogo y el buen talante. Pues más vale que dialoguemos mucho, porque por este camino, quienes nos suceden, quienes aún son niños, no van a poder dialogar porque no van a saber.
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