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No Somos Ovejas ¿Vale?

¡Temblad todos! Llega...RENUNCIATOR

Por lo general los Estados intentan conseguir todo el protagonismo que pueden en sus relaciones internacionales, ya que la popularidad en este tipo de cosas siempre es positiva. El ser popular te da poder, y para contar hay que estar. Esto lo sabía perfectamente el gobierno del Partido Popuar, pero parece que los socialistas no son muy conscientes de ello. La primera medida que tomó el nuevo gobierno al llegar al poder fue renunciar a la posición internacional que España había conseguido entre los aliados de EE.UU. (muy numerosos, no lo va a negar nadie) al retirar las tropas españolas de Iraq. El siguiente paso con el que nos sorprendió ZP fue renunciar a la posición que España había conseguido en la Constitución Europea haciendo que tuviera menos poder y cediéndoselo a Francia Y Alemania. Luego llegaron las fantásticas negociaciones sobre la agricultura en Europa, en las que el nuevo y fantástico socio de España (léase Francia) le metió un dedo en el ojo a ZP (fijaros que no digo en qué ojo) y se lo llevó todo. En estas negociaciones se consiguió menos de la cuarta parte de lo que ya tenía apalabrado el Partido Popular. Pero el remate final ha llegado con la sede de la firma de la Constitución Europea, sobre la que había cierto clima en Europa para que fuera firmada en España. Ante semejante osadía ¡cómo se va a firmar la Constitución Europea en España! ZP ha dicho que aquí no (si le preguntan a los franceses lo más probable es que la respuesta fuera bien diferente).
¿Qué clase de estrategia es esta? ¿La estrategia de la negación?
Hasta el momento el PSOE sólo se ha conseguido que España en Europa vuelva a ser un país al que se le vuelva a mirar por encima del hombro, como en tiempos de Felipe Gonzalez.

Spitfire

1 comentario

Alias Ivanova -

Mira... cuando vi al gilipua de ZP renunciar a que la firma de la Constitución Europea fuera en Madrid... me puse de mala leche.. es que es GILIPOLLAS con todas las letras así, en mayúsculas.. no he visto cosa igual, claro, es la política del consenso, el diálogo y la pera marinera.