EL PENSAMIENTO ÚNICO EN CATALUÑA
Ayer, viendo una televisión pública de la televisión de Cataluña, sentí auténtica vergüenza e indignación, puesto que es, no sólo un reflejo de la situación de intolerancia que se está viviendo en Cataluña, sino también una de las vías más rápidas y efectivas para ello.
La televisión, ese medio que tanto nos fascina, puede llegar a ser un arma peligrosísima, especialmente cuando está dirigida por auténticos terroristas de la información, y este es sin duda alguna, el panorama lamentable que vivimos y padecemos los catalanes.
El lema de todos a una parecía ser el favorito de a quien todavía consideramos muchos el President de la Generalitat, Jordi Pujol. Lo cierto es que él, y sus satélites, tampoco han sido los grandes propulsores de la diversidad de opiniones, ya que todos los medios de comunicación públicos, radios, televisiones y periódicos, han mantenido hasta ahora el pensamiento único, lo que sucedía es que se intentaba camuflar, o al menos se hacía de forma más sutil. Pero el descaro más absoluto surge hace unos meses son el Gobierno del tripartito. Los medios se han convertido en propaganda, en un circo lamentable, donde se puede decir lo que se quiera, eso sí, no me entendais mal, lo que se quiera ¡pero no quien quiera!
Es una auténtica falta de respeto disfrazada de falsa libertad, un insulto a todos aquellos que tenemos un pensamiento diferente, y un robo, un robo en cuanto a que somos todos quienes pagamos este tipo de canales, todos sin excepción y por igual, independentistas, republicanos, monárquicos, catalanes, gente de derechas, socialistas, comunistas, madrileños, andaluces
¿Qué pasaría si todas estas personas a quien se desprecia se marcharan, dejaran de contribuir a la efervescencia nacionalista?
Y lo más peligroso es que esta sensación de asfixia se está extendiendo a todos los ámbitos de la vida cotidiana, en una sociedad que se jacta de ser abierta a otras culturas, tolerante y diversa.
Lástima que están consiguiendo lo que quieren, porque yo, como tantos otros, me marcho antes de ahogarme.
Ceibe
La televisión, ese medio que tanto nos fascina, puede llegar a ser un arma peligrosísima, especialmente cuando está dirigida por auténticos terroristas de la información, y este es sin duda alguna, el panorama lamentable que vivimos y padecemos los catalanes.
El lema de todos a una parecía ser el favorito de a quien todavía consideramos muchos el President de la Generalitat, Jordi Pujol. Lo cierto es que él, y sus satélites, tampoco han sido los grandes propulsores de la diversidad de opiniones, ya que todos los medios de comunicación públicos, radios, televisiones y periódicos, han mantenido hasta ahora el pensamiento único, lo que sucedía es que se intentaba camuflar, o al menos se hacía de forma más sutil. Pero el descaro más absoluto surge hace unos meses son el Gobierno del tripartito. Los medios se han convertido en propaganda, en un circo lamentable, donde se puede decir lo que se quiera, eso sí, no me entendais mal, lo que se quiera ¡pero no quien quiera!
Es una auténtica falta de respeto disfrazada de falsa libertad, un insulto a todos aquellos que tenemos un pensamiento diferente, y un robo, un robo en cuanto a que somos todos quienes pagamos este tipo de canales, todos sin excepción y por igual, independentistas, republicanos, monárquicos, catalanes, gente de derechas, socialistas, comunistas, madrileños, andaluces
¿Qué pasaría si todas estas personas a quien se desprecia se marcharan, dejaran de contribuir a la efervescencia nacionalista?
Y lo más peligroso es que esta sensación de asfixia se está extendiendo a todos los ámbitos de la vida cotidiana, en una sociedad que se jacta de ser abierta a otras culturas, tolerante y diversa.
Lástima que están consiguiendo lo que quieren, porque yo, como tantos otros, me marcho antes de ahogarme.
Ceibe
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