MUY MAL
Muy mal, señores diputados de ambos sexos, pero que muy requetemal. si los televidentes no interpretamos erróneamente las secuencias televisivas que los programas informativos de TV nos suelen ofrecer en relación con la frecuente presencia de ustedes en el Palacio del Congreso, varias de sus señorías echan humo como chimeneas fumando en sitios en donde no se debe hacerlo. Parece ser que algunos de ustedes le dan muy fuerte a los fusiformes e impresionantes habanos. (¡Hola Sr. Rajoy!¡Hola Sr. Múgica Herzog!). Otros y/o otras parecen conformarse con los vulgares y todavía más cancérigenos cigarrillos. Los televidentes opinarmos que el ejemplo dado por ustedes es muy negativo en el sentido referido.
Peor ejemplo aún nos han dado algunos diputados al soltar en los foros algunas palabrotas (¿qué tal está usted, Sr. diputado y cantautor Labordeta?; avinagrados recuerdos, Sr. Alfonso Guerra).
Un tercer mal ejemplo lo ha protagonizado un buen contingente de ustedes cuando cuatro gatos debatían alguna cuestión estando el hemiciclo casi vacío. ¿No se han enterado todavía de que para que una sesión sea válida ha de haber un quorum suficiente? ¿Acaso no conocen sus obligaciones?
Podríamos, en fin, echarles en cara que a veces alguno de ustedes se duerme en su asiento. Pero se lo disculpamos, ya que a nosotros también nos sucede cuando un debate visto por la pequeña pantalla es muy aburrido.
Estén seguras sus señorías de que no les tenemos inquina a pesar de criticarles. Sigan ustedes cotidianamente calentando con sus respetables posaderas los múltiples sillones del Parlamento. Nosotros les queremos a ustedes. Tenga además la seguridad de que continuaremos (¡Qué remedio guedará!) pagando religiosamente los impuestos que sus sucesivos gobiernos congelen, aumenten, o reduzcan.
Observador
Peor ejemplo aún nos han dado algunos diputados al soltar en los foros algunas palabrotas (¿qué tal está usted, Sr. diputado y cantautor Labordeta?; avinagrados recuerdos, Sr. Alfonso Guerra).
Un tercer mal ejemplo lo ha protagonizado un buen contingente de ustedes cuando cuatro gatos debatían alguna cuestión estando el hemiciclo casi vacío. ¿No se han enterado todavía de que para que una sesión sea válida ha de haber un quorum suficiente? ¿Acaso no conocen sus obligaciones?
Podríamos, en fin, echarles en cara que a veces alguno de ustedes se duerme en su asiento. Pero se lo disculpamos, ya que a nosotros también nos sucede cuando un debate visto por la pequeña pantalla es muy aburrido.
Estén seguras sus señorías de que no les tenemos inquina a pesar de criticarles. Sigan ustedes cotidianamente calentando con sus respetables posaderas los múltiples sillones del Parlamento. Nosotros les queremos a ustedes. Tenga además la seguridad de que continuaremos (¡Qué remedio guedará!) pagando religiosamente los impuestos que sus sucesivos gobiernos congelen, aumenten, o reduzcan.
Observador
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